La identidad protocolar de la universidad peruana, que es una corporación autónoma y antigua, se haya diluida por el olvido de sus viejas costumbres, ceremonias y simbolismos suplantados -en muchas ocasiones- por una superficial y poco estudiada copia de las costumbres del ceremonial estadounidense, que poco o nada tiene que ver con las raíces académicas peruanas.
Estableciendo esta idea, es ineludible comprender que como poder autónomo e institución que mantiene una ascendencia de cinco siglos gracias a San Marcos, la universidad goza de una cultura viva muy propia albergando en su seno tradiciones únicas que relatan su historia y concentran sus dignidades.
Este hecho es un axis gravitante para entender la importancia cultural del estudio y rescate del protocolo universitario y de sus insignias. Actualmente, en países con instituciones de tradición académica profunda, todo esto forma parte de un protocolo universitario correctamente organizado y revalorizado según su antecedente histórico, dando cohesión a la política institucional de lo que significa formar parte de la corporación universitaria.
El definir la identidad de nuestro mundo académico es de vital importancia para su imagen institucional, ya que la universidad en todo sentido es un receptáculo de conocimiento para la sociedad, más aún de una pluricultural como la peruana.
Por esto mismo resulta paradójico que la corporación universitaria quien es promotora del avance científico no tenga una identidad protocolar claramente definida, justamente, por falta de conocimiento.
Juan Carlos Talavera Velezmoro
Investigador y especialista en Protocolo Académico
Colaborador del Museo del Estudiante
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